martes, 24 de septiembre de 2019

Guía para el reconocimiento de algunos géneros discursivos

A veces no es fácil determinar el género discursivo de determinado enunciado, pues el mismo Mijail Bajtín en su Estética de la creación verbal dice: "En la práctica los utilizamos (los géneros discursivos) con seguridad y destreza, pero teóricamente podemos no saber nada de su existencia" (1). ¿Qué significa esto? Que hay tal multiplicidad de géneros discursivos circulando en las diferentes esferas sociales que se vuelve muy dificultosa su clasificación y su reconocimiento sin haber hecho un estudio intensivo de los mismos. 
Recordemos que los géneros discursivos son, en términos de Bajtín, "tipos relativamente estables de enunciados" (2), "es decir, tipos temáticos, composicionales y estilísticos de enunciados determinados" (2) por las condiciones específicas de las distintas áreas de la esfera social (científica, periodística, técnica, oficial, cotidiana, académica, escolar, ...) Es decir que los géneros discursivos se determinan por su tema, su estilo y su composición o estructura. 
Algunos géneros discursivos son:
Autoayuda: Este género es fácilmente identificable, pues se trata de textos que tienen como función principal dar consejos al lector para que viva de una mejor manera. Los temas pueden ser diversos: cómo triunfar en el amor, cómo vivir más tranquilo, cómo disfrutar de una mejor sexualidad, etc. Puede, además de aconsejar, narrar historias o ejemplos de vida.
Biografía: Es uno de los géneros discursivos más antiguos y consiste en la narración de la vida de un personaje cuya biografía es "digna" de ser contada, ya sea por su actuación en la historia o en la vida pública o por algún tipo de particularidad que despierte el interés de la gente. Es un texto predominantemente narrativo en cuanto a su estructura y generalmente (aunque no siempre) presenta en orden cronológico los acontecimientos más importantes de una vida. La autobiografía es una biografía escrita por el propio protagonista.
Divulgación científica: Este género es mucho más fácil de reconocer que el ensayo pues tiene una función claramente referencial y tiene como característica principal el predominio de la trama explicativa. Supone una asimetría de saberes entre el destinador y el destinatario por lo que su autor apelará a procedimientos típicos de la explicación, a saber: definiciones, aclaraciones, analogías, ejemplos, reformulaciones, gráficos, infografías, etc.
Por otro lado, en cuanto a su estilo, será un texto con terminología científica, pero con las aclaraciones necesarias para que ese vocabulario sea comprendido por un destinatario amplio, es decir, un lector que no necesite contar con conocimientos previos acerca del tema en cuestión para comprender el escrito. Además, a diferencia del texto académico, se permite cierto grado de informalidad. En general, cuenta con un paratexto visual que ayuda a la comprensión de la información (gráficos, imágenes, fotografías, etc.)
Aunque la mayoría de los textos de divulgación tienen como objeto las ciencias "duras", puede haber textos de divulgación en otras áreas del saber como la psicología, la sociología, la filosofía, etc. Por ejemplo, un texto que trate de manera sencilla la filosofía de Descartes puede tratarse de un texto de divulgación, o uno que trate la estructura del inconsciente según Freud puede tratarse también de este tipo de género discursivo. Siempre y cuando la intención sea meramente informativa, con el objetivo de acercar a un público amplio ciertas teorías que no siempre son accesibles para un lector común.
Editorial: El editorial es un género discursivo periodístico que tiene una trama predominantemente argumentativa ya que su intención es la de persuadir o convencer acerca de una posición tomada con respecto a un hecho de actualidad. Es la opinión de la línea editorial de la publicación (diario, revista, periódico) y no va firmada por su autor puesto que el destinador es la publicación  en sí.
Ensayo: El ensayo fue considerado desde sus inicios como un género literario aunque en la actualidad no necesariamente está visto como tal. El problema que presenta es que puede tratar una multiplicidad de temas que corresponden a diferentes áreas del saber (literario, humanístico, filosófico, social, cultural, deportivo, político, ...) y, además, asume múltiples estilos y estructuras que vuelven más difícil su identificación con respecto al resto de los géneros. Por otra parte, hoy en día, un ensayo puede ocupar una carilla, diez, o puede tratarse de todo un libro.
¿Qué tienen en común los ensayos aun en su multiplicidad? Los ensayos siempre parten de una visión personal, una interpretación o una toma de posición con respecto a un tema o a un problema específico, motivo por el cual, reclama siempre de su destinador, una argumentación, explicación o desarrollo lógico de las ideas con la intención de fundamentar esa visión personal. Es eso lo que diferencia al ensayo de un texto meramente informativo, un texto de divulgación científica, por ejemplo.
El ensayo tampoco tiene una estructura definida. Si bien la estructura clásica es la de introducción- desarrollo- conclusión, muchas veces esa estructura es transgredida precisamente por las posibilidades personales y subjetivas que brinda este género con respecto al tratamiento de un determinado aspecto, tema o problema, por lo que puede comenzar con una breve anécdota, una cita, un argumento y no necesariamente con la exposición del problema y el objetivo de análisis en particular.
Por ejemplo: un libro que trate sobre el análisis de los sueños del paciente del autor puede ser un ensayo, pues es la visión del destinador desde su área del saber que es el psicoanálisis. Un texto que trate sobre el porqué del uso del tatuaje en los jóvenes de la década del 90 también será un ensayo ya que dará su punto de vista a partir de investigaciones psicológicas o sociológicas del problema en cuestión. No corresponderá a un ensayo, por ejemplo, un texto sobre el modo en que se comunican los delfines o las abejas o el modo en que conviven las hormigas, en los que prevalecerá la información antes que la postura personal.
Entrada de enciclopedia o enciclopedia: La entrada de enciclopedia tiene la función de informar acerca del significado de una palabra, un acontecimiento, un personaje o un aspecto científico. Presenta siempre la definición del objeto en cuestión y luego amplía la información con detalles más precisos. Esto último es lo que diferencia la enciclopedia de un diccionario (existen también los diccionarios enciclopédicos) Por otro lado, la palabra a definir aparece siempre en negrita y los vocablos están organizados por orden alfabético. Además, las palabras que están definidas en la enciclopedia también aparecen destacadas cada vez que se las nombra en alguna otra parte del volumen. Por ejemplo, Wikipedia es una enciclopedia virtual: cada vez que una palabra aparece destacada como hipervínculo significa que esa palabra aparece ya definida en esa enciclopedia virtual, mientras que los términos que aparecen en rojo son aquellos que todavía no han sido definidos. Obviamente, como la lectura en Internet ya no es lineal sino hipertextual (en red), no aparecen los vocablos en orden alfabético como en las enciclopedias analógicas. La función de este género discursivo es referencial.
Artículo de opinión: Es también un género periodístico que comparte con el editorial su estructura predominantemente argumentativa y tiene también la intención de persuadir o convencer al lector. Como el editorial da una interpretación u opinión personal con respecto a un tema de actualidad. Se diferencia del editorial en que, en este caso, la nota está firmada por un periodista que se hace cargo de su escrito.
Géneros discursivos académicos:
Informe de lectura: Es un texto que surge del proceso de lectura de uno o varios textos. Normalmente consta de una introducción con el objetivo y el tema, la justificación de la lectura y del informe, y una breve presentación de los ejes de análisis; un desarrollo: el análisis propiamente dicho según la propuesta de lectura y una conclusión o cierre. 
Artículo académico: Es un género discursivo académico. Son textos que aparecen en las revistas académicas y universitarias con las novedades del campo del saber al que pertenece la publicación. Se caracterizan por el uso de un lenguaje imparcial y preciso, con tecnicismos y una gran presencia de fuentes que avalan lo escrito. Se diferencia del texto de divulgación sobre todo en su estilo: mucho más formal y en su destinatario que, es en general, especializado o semiespecializado.
Proyecto de investigación: Es un género discursivo académico que plantea un problema, una o varias hipótesis como respuesta a ese problema. Para llevar a cabo un proyecto de investigación se deben recolectar los datos para su estudio o investigación, explicitar el marco teórico a partir del cual se interpretarán los datos y describir el método a seguir para el trabajo. Luego se postulará la hipótesis central y la respuesta posible al problema. Esta hipótesis, en caso de ser probada a lo largo del proyecto, debe coincidir con la conclusión. Generalmente, en su presentación, debe incluir: Portada, índice, lista de tablas y figuras (si fueran necesarias), una introducción, el cuerpo principal o desarrollo, las conclusiones, los apéndices y la bibliografía.
Reseña académica: Tiene como finalidad describir y evaluar un libro que se produce dentro de un campo disciplinar determinado. Expertos autorizados en la materia escriben brevemente de qué trata el texto, cómo está estructurado y referencias al autor. Consta de la presentación, la descripción, la evaluación y la recomendación del nuevo libro.
Ensayo académico: Tiene las características del ensayo, pero su estilo es mucho más formal, con una mayor carga de tecnicismos y fuentes que fortalecen la posición del enunciador. Se diferencia del artículo académico en que este último, generalmente, tiende a la imparcialidad y su objeto de estudio es unívoco.
Todos los textos académicos deben presentar al final del trabajo una página con las referencias bibliográficas.
Más adelante estudiaremos la monografía, el parcial presencial y el parcial domiciliario.

(1) BAJTIN, Mijail; Estética de la creación verbal, México, Siglo XXI, 1992. (pág. 267)
(2) Op. cit; (pág. 248)

lunes, 9 de septiembre de 2019

Guía para caracterizar al destinador y al destinatario

Para leer bien es necesario hacer un análisis de la situación comunicativa en la que el texto se produjo. Para eso, conviene recordar que todo mensaje "habla" de su contexto de producción y de recepción a través de ciertas marcas que nos muestran una imagen del destinador y del destinatario, el código (sociocultural, ideológico y retórico) compartido, el contexto (referente) (área del saber, área social en la que circula, ...) y el canal y soporte a través del cual nos llega ese enunciado. Es decir, que los componentes de la comunicación determinan el mensaje que es el producto de la interacción de todos estos componentes, de modo que, si cambia uno de esos elementos, ese mensaje ya no será el mismo.
Para comenzar, entonces, el análisis de los componentes, conviene ir señalando esas marcas que nos "hablan" de la situación comunicativa en la cual se produjo. Para caracterizar al destinador y al destinatario, es de gran ayuda tener a mano algunas preguntas para realizarle al texto:
Para caracterizar al destinador y al destinatario:
Desde el punto de vista del código sociocultural compartido: ¿En qué será especialista según el tema del texto, es decir, a qué área del saber pertenece su saber? ¿Qué amplitud de saberes maneja el destinador (citas, datos, estadísticas, notas al pie)? ¿Qué saberes previos debe tener el destinatario, es decir qué da por sabido en el destinatario, el destinador? ¿A qué experiencias o conceptos del destinatario apela el emisor? ¿Abunda en definiciones, ejemplos, analogías o explicaciones? En relación con esto, ¿podemos caracterizar al destinatario o lector modelo como amplio, semiespecializado o especializado?
Desde el punto de vista del código ideológico: ¿Desde qué ideología, creencia, teoría científica, prejuicio habla? ¿Discute o desmitifica alguna creencia/ideología/teoría? ¿Cuál es el objetivo del enunciador? ¿A qué creencias, experiencias, lugares comunes del destinatario apela?
Desde el punto del código retórico: ¿Qué tipo de texto es, es decir, a qué género discursivo corresponde este texto? ¿Qué estructura/s utiliza? (¿Explicativa, argumentativa, narrativa, descriptiva...?) ¿Qué tipo de vocabulario utiliza? (técnico, científico, filosófico, sencillo, coloquial, ...)¿Qué relación establece con su destinatario (registro formal, informal, profesional)? ¿Cuál es el objetivo del enunciador, es decir, qué función predomina en este texto? (informativa, apelativa, expresiva, poética...)
A partir de la relación que se establece entre ellos: ¿El tono es formal o informal? ¿Es una relación de confianza o de distancia la que el destinador establece con su destinatario? ¿Hay una relación simétrica o asimétrica de saberes, es decir, tienen la misma cantidad de saberes o el destinador sabe más que el destinatario? En general, cuando abundan los procedimientos explicativos (definiciones, reformulación de ideas introducidas por "es decir", "en otras palabras", etc, analogías, ejemplos) decimos que hay una asimetría de saberes ya que el destinador considera que el referente es un tema nuevo para el receptor, por lo cual debe ser más meticuloso en la explicación. En cambio, cuando el texto no aclara, por ejemplo, la terminología científica, la relación de saberes puede ser más simétrica.

Recordar: sin preguntas no hay análisis posible; mucho menos, acceso a un conocimiento real.

jueves, 29 de agosto de 2019

Resumiendo, la lectura es...

Les dejo un resumen de lo conversado en clase sobre Lectura:
La lectura es un proceso activo a través del cual construimos significados, pues cada lector tiene intereses personales (qué leer), objetivos de lectura (para qué leer) y lo hace en determinadas circunstancias (cómo leer). Por lo tanto, cuando leemos:
1. Formulamos y verificamos hipótesis de lectura.
¿De qué se tratará el texto? ¿Qué saberes tendrá el emisor? ¿Qué saberes, creencias, códigos en común da por sentados en su destinatario? ¿Cuál será su género discursivo?
2. Apelamos a nuestros conocimientos previos.
¿Qué sé del tema? ¿Qué aporto a este texto de lo que sé? ¿Qué de mis creencias e ideología? ¿Qué me interesa más de este texto? ¿En qué me enfocaré según mis objetivos? 
3. Utilizamos habilidades de lectura (competencia lectora)
¿Cómo monitoreo la información? ¿Subrayo lo más importante? ¿Distingo ideas principales de las secundarias? ¿Soy capaz de identificar el tema principal de cada párrafo a medida que progresa la información? ¿Reconozco estructuras textuales, es decir, distingo una trama explicativa de una argumentativa y, en este sentido, distingo información de opinión? ¿Soy capaz de glosar o parafrasear la información? ¿Cómo la resignifico según mis conocimientos previos y según mis intereses y objetivos?
La lectura es, pues, un recorrido dentro del espacio del texto, que es modificado por el lector. Es, además una práctica social, puesto que siempre se da en el marco de una situación comunicativa determinada. 
En relación con la lectura de textos académicos, un lector competente debe ser capaz de controlar procesos cognitivos, conocer las características comunes de este tipo de textos así como los rasgos que le son propios. Es necesario, pues, reconocer la situación comunicativa en la que este tipo de textos se produjo. Para eso, son siempre útiles las siguientes preguntas:
1. ¿En qué ambito circula este texto? ¿A qué área del saber corresponde?
2. ¿En qué lugar y en qué época se ha producido?¿Qué marcas del texto me ayudan a reponer el contexto (artísticas, científicas, ideológicas, tecnológicas...)?
3. ¿Qué imagen de enunciador o destinador se construye en el texto (qué saberes maneja, desde qué ideología, con qué vocabulario o estrategias)? ¿Utiliza un registro formal o informal? ¿Es didáctico o sólo describe o narra? ¿Busca o no complicidad con el lector?
4. ¿A qué lector modelo o destinatario está dirigido? ¿Qué conocimientos previos debe tener el destinatario? ¿Apela a su complicidad, a su ideología, a sus creencias? ¿Explica o argumenta?
Una vez situados en el contexto, abordaremos el texto con más seguridad y estaremos en condiciones de desarrollar nuestras habilidades de lectura: reconocer ideas principales, asociar con los conocimientos previos, resumir, parafrasear, realizar gráficos, interpretar, asociar con otros textos, reescribir... Que no es otra cosa que leer, no es otra cosa que construir significados.
Hasta la próxima.